Tornillos alineados

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No puedo vivir sin los tornillos alineados. Los clientes grandes tampoco.

No siempre ha sido así.

Nunca he sido alguien de detalles, lo importante siempre ha sido ganar. Solo eso, ganar.

Cuando te dedicas a los juicios eso es lo que te enseñan, aunque si piensas así tienes la sensación de que tienes cosas por hacer que se van acumulando y nunca ves el momento de empezar a fijarte en los detalles.

Pero una vez conocí a un empresario que me enseñó la importancia de alinear los tornillos.

El tipo era muy particular, ingeniero, un poco friki, pero extremadamente inteligente. Empezó arreglando ordenadores en un pequeño pueblo del Sur de Alicante.

Pues bien, ese tipo construyó el aeropuerto de Málaga por tener bien puestos sus tornillos.

Así es.

No os voy a contar la historia completa, eso da para un libro.

Solo os contaré esto.

Miguel, que así se llamaba, empezó a hacer alguna pequeña instalación eléctrica en empresas de su pueblo. Eran verdaderas obras de arte. Su mente de ingeniero le hacia alinear todos los tornillos de estrella, de tal forma que cuando instalaba una placa eléctrica todos los tornillos estaban exactamente igual, perfectamente alineados. Cuatro cruces perfectas en cada esquina.

-Las cosas hay que hacerlas bien-decía.

Puede parecer una tontería, vaya perdida de tiempo. Tantas cosas que hacer y se detenía a alinear los tornillos.

Sus clientes no veían los tornillos, pero ahí estaban. Todo bien, todo en su sitio.

La empresa fue creciendo, poco a poco.

Miguel, con su mente de ingeniero, tenía su empresa como los tornillos, alineada, eso le daba tranquilidad, le daba paz.

En su casa todo estaba en orden, todos los papeles en regla, una obra de arte.

Un día alguien abrió la tapa del cuadro eléctrico y se fijó en aquel detalle.

Que curioso. Una compañía eléctrica con los tornillos alineados. Abrió otra tapa, y exactamente igual.

Ese tipo contaba la historia, como una anécdota, como una curiosidad. Los que conocían a Miguel, lo creían. Pocas empresas hemos visto tan ordenadas, ese tipo lo tiene todo en regla.

Y así fue circulando esa historia, de uno a otro, durante semanas. Hasta que llegó a una oficina en Madrid.

Algún directivo buscaba empresas instaladoras, para construir el aeropuerto de Málaga. Se quejaba sin parar, venía de Londres, y como buen español renegaba de lo mal que lo hacemos todo aquí.
-“Qué falta de profesionales, esto es un país de pandereta”, ¿a quién metemos aquí?

Su colaborador, que había escuchado a su jefe, le decía. No siempre es así. En Alicante hay una empresa que hasta alinea los tornillos. TODOS LOS TORNILLOS.

Ese comentario hizo que en unas semanas Miguel, estuviera en Madrid sentado con aquel directivo.

Auditaron su empresa, su pequeña gran empresa. Y estaban sorprendidos. Cada papel, cada protocolo, cada contrato, todo estaba alineado. Lo tenia todo.

Ese detalle hizo que Miguel acabase construyendo la instalación eléctrica del Aeropuerto de Málaga y firmando varios contratos con grandes Multinacionales.

Bueno, si tienes esa mentalidad, podemos trabajar juntos. Si no,no.

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