O traje o toga

LEGAL - TECHNOLOGY - BUSINESS

Nos encantan los trajes. La toga no es buena ,al menos para tí.

Si eres empresario tienes que elegir: o traje o toga. Es una elección fácil si lo piensas bien.

Sin embargo, déjame que te cuente una pequeña historia antes de elegir. En la vida todo es una elección.

Cuando empezaba como abogado tuve la
oportunidad de conocer a un gran empresario del calzado. Llevaba toda la vida montando negocios, conseguía realizar cosas grandes en un tiempo record, aunque me llamaba la atención que siempre iba cambiando de negocio y comenzando de 0. Tenia esa gran habilidad.

Gabriel era un tipo implacable, duro y gritaba muchísimo. Era uno de nuestros mejores clientes. Siempre
Con pleitos, siempre con problemas.

A pesar de su energía, lo encontraba casi siempre fatigado y nunca lo veía contento.

Era normal: Inspecciones de Hacienda, Problemas con trabajadores, incidencias con clientes, conflictos con proveedores…

Siempre que venía a vernos traía un taco de papeles nuevos bajo el brazo. Cuando lo veía entrar miraba de reojo a mi perchero en busca de mi toga…

Amiga, compañera, otra vez nos toca intervenir.

A pesar de su mal carácter, le tenia mucho cariño a ese hombre. Conocía a su familia, y la verdad es que era un padre estupendo. Un día le dije,
“Gabriel, ¿no te interesaría más tener una empresa grande, y duradera y no estar siempre empezando de 0? Si quieres, podemos ayudarte, no quiero estar siempre poniéndome la toga para defenderte. En cada pleito nos jugamos mucho, nos jugamos tu casa, tu empresa el dinero de tu familia…

De verdad le tenia aprecio, ¿Y si empezámos a hacer las cosas bien? ¿ Y si nos adelantamos?

Aquel tipo me miró fijamente. No sé si pensaría: “qué me está diciendo el niñato este”

Se fue, ni se despidió.

Me sentí idiota. Había ofendido a uno de mis mejores clientes. Mire a la toga, o la toga me miró a mi. !Estúpido!

Diez días más tarde, Gabriel apareció con su mujer. Era profesora de instituto. Una una mujer tierna, entrañable. La madre o abuela que todo el mundo quiere tener.

¿Que haría allí esa mujer? No tenia ni idea de negocios.

Gabriel no habló, se limitó a retirar la silla cortésmente para que se sentase su mujer y a continuación tomó asiento.

Vicenta, ese era el nombre de la señora, me dijo: Salva, estamos agotados. Gabriel no puede más, necesitamos ayuda.

Desde ese día, trabajamos para anticiparnos. Trabajamos para que Gabriel no volviese a tener angustia. Trabajamos para no tener que ponernos más la toga. Solo nos pondríamos el traje.

Ayer Gabriel vino a vernos. Quería tener su protocolo de desconexión digital. Había oído que era obligatorio para todos los empresarios y autónomos que tuvieran empleados y si venía la inspección de trabajo y no lo tenías implantado la sanción sería de 7.000€ a 240.000€. Eso para él ya no era una opción. Ahora el dinero de su trabajo se lo quedaba para su familia. No pagaría más multas, no pagaría más pleitos.

Mañana Gabriel lo tendrá.

Querida toga, querida amiga tendrás que seguir esperando.

Si la historia de Gabriel te ha servido, si no quieres sentir su angustia, y quieres tener tu empresa en orden, llámanos e infórmate sobre el protocolo de desconexión digital de tus empleados.

Elige el traje, no la toga.

Noticias relacionadas